La vivienda — en particular su ubicación — es el principal mecanismo para acceder a las oportunidades en nuestra sociedad. La ubicación de la vivienda determina la calidad de las escuelas a las que asisten los niños, la calidad de los servicios públicos recibidos, el acceso al empleo y el transporte, la exposición a riesgos para la salud, el acceso a la atención de salud y más. Para aquellos que viven en vecindarios de alta pobreza, estos factores pueden inhibir significativamente los resultados de la vida.
Se ha demostrado que la propiedad de la vivienda construye riqueza, fortalece a las comunidades y promueve el logro educativo y laboral en áreas donde hay oportunidades de vivienda asequible.
A lo largo de los últimos 30 años, Housing Opportunities of Northern Kentucky ha sido testigo de primera mano del impacto duradero que la propiedad de una vivienda puede tener en las personas, las familias y las comunidades, demostrando que poner a disposición una vivienda asequible hace algo más que poner un techo sobre la cabeza de alguien, cambia vidas y fortalece los barrios en los que vivimos.
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